Ruta a las orillas del Miño, un viaje entre España y Portugal

Una ruta por el río Miño es inevitablemente una ruta a través del patrimonio y el sentir de dos orillas. A un lado, Galicia. Al otro Portugal. Una raya transfronteriza húmeda que a lo largo de más de 70 kilómetros deja formas de vida distintas en los dos márgenes.

Hay quien dice que el Miño es el río que nos separa. A mí me gusta pensar que es el que nos une. Al fin y al cabo, Galicia y Portugal son dos pueblos con idiosincrasias diferentes pero una historia común. Una vez, incluso, hasta fueron el mismo reino.

Un río, el Miño, y una red de senderos transfronterizos

La ruta transfronteriza del Miño puede comenzarse a la altura de Crecente, aunque en este artículo me voy a centrar en el tramo final, que discurre entre Goián y A Guarda en el lado español y entre Vilanova da Cerveira y Caminha en el lado portugués.

La ruta transfronteriza del río Miño se puede hacer en coche pero también a pie o en bicicleta, ya que hay una gran red de senderos transfronterizos que circulan a uno y otro lado del río y que puedes ver en esta foto. Algunas partes aún no están finalizadas, pero hay un gran trazado en marcha para unir toda la zona.

Ruta por el alto Miño

A cada lado del río Miño esperan sorpresas y la zona del alto Miño es lugar para aventuras, naturaleza y patrimonio. Atravesando los municipios de Arbo y As Neves, uno se topa con tradiciones -casi- ancestrales.

Arbo, capital de la lamprea

Arbo, un concello cuyo estandarte es la lamprea (ese pescado de río que no tiene término medio y que irremediablemente odias o amas), ofrece sendas como la Senda de los Pescadores (oficialmente conocida como Ruta da Moura), que a lo largo de casi 10 kilómetros de paseo circular conduce entre bosque, paisajes fluviales a la orilla del río Deva (afluente del Miño) e historias singulares.

La ruta fluvial permite al visitante entender el funcionamiento de las pesqueiras, que perpetuando las técnicas tradicionales, aún a día de hoy sirven para pescar la tan popular lamprea. Pero la ruta ofrece también historia y patrimonio, donde se puede ver un molino, un antiguo aserradero y el puente románico San Xoan de Mourentán, donde la población local impidió el paso a las tropas napoleónicas.

As Neves: del pasado al presente

Siguiendo la ruta por el río Miño en el lado gallego, el siguiente municipio es el de As Neves, donde encontrarás muestras de arte rupestre, sendas fluviales como la de Muíños do río Xuliana, el llamativo mirador de San Nomedio o las enormes esculturas del lugar de Redondelo, ubicadas en el monte Coto do Facho.

Además de lo ya citado, As Neves es también popular por sus vinos, pertenecientes a la D.O. Rías Baixas, como los que elaboran en Señorío de Rubiós. Siendo la zona de Condado-Paradanta una zona histórica de tintos, esta bodega ha tenido siempre en foco la recuperación de las variedades autóctonas, lo cual se puede observar en las visitas guiadas con cata que organizan.

Si eres de los que disfrutan del enoturismo, puedes aprovechar para comer en el restaurante anexo a la bodega o disfrutar de una estancia en el hotel Nande, un remanso de paz entre viñedos. La oferta completa es excepcional, teniendo en cuenta que los productos que se sirven en la carta son de temporada y todos los que proceden de la huerta (que se está allí mismo) tienen certificado ecológico. Una oportunidad para disfrutar sin duda de un hotel muy especial.

Monçao: ruta por el río Miño en el lado portugués

En el lado de enfrente, cruzando la bonita Salvaterra do Miño nos encontramos con la villa de Monçao, una joya que devuelve al visitante al pasado. Merece la pena detenerse en su casco histórico, entre callejas custodiadas por ropa tendida al viento, darse una vuelta por el Parque das Caldas o visitar el Museo do Alvarinho, pero sin duda, el punto fuerte de Monçao lo representan las pasarelas que a la orilla del Miño permiten hacer un precioso recorrido y descubrir la muralla que en otros tiempos servía para proteger la villa.

No lejos de allí, en la aldea de Lapela merece la pena detenerse para visitar su torre medieval, que guarda una historia fascinante y unas vistas inmejorables sobre el río Miño, desde la parte más alta, a 35 metros. Fue construida en el siglo XIV y formaba parte de un castillo, pero tras el restablecimiento de la Independencia de Portugal, el castillo fue demolido y su piedra se utilizó para construir la fortaleza de Monçao.

Ruta por el río Miño: el Baixo Miño

Tui: la villa judía

Antigua capital de provincia gallega y de gran relevancia histórica, la belleza de Tui es innegable. Hay muchas cosas que ver en Tui y alrededores y sobran razones para visitar esta villa cuyo pasado se remonta a la prehistoria.

Su emplazamiento estratégico (y parada obligatoria en cualquier ruta por el Miño que se precie) ha marcado su importancia a lo largo del tiempo. En la actualidad, Tui conserva un precioso conjunto histórico, es paso del Camino de Santiago Portugués y pertenece además a la Red de Juderías de España.

Puedes ampliar información detallada en el artículo dedicado de qué ver en Tui.

Ruta por el río Miño: Vilanova de Cerveira

Continuando la ruta por el Miño en el lado Portugués y no podría ser de mejor forma que paseando por Vilanova da Cerveira, que entre sus múltiples atractivos cuenta con un castillo en la zona antigua. Se encuentra bien conservado y desde la muralla las vistas al río y al pueblo son encantadoras.

La Iglesia Matriz es otro de los puntos a visitar en Vilanova, así como sus callejuelas y casas tradicionales, entre las que destaca la Casa Verde, con una fachada en la que relucen azulejos de ese color.

En las colinas que guardan la parte de atrás de la villa hay dos miradores emblemáticos: las ruinas da Capela do Esprito Santo y el mirador do Cervo. Este último es una escultura que fue colocada en 1985 y creada por el afamado escultor portugués José Rodrigues. A día de hoy no recomiendo subir a los miradores. La instalación de columpios en lo alto ha generado atascos de horas por hacerse una de las ridículas fotos de instagram. Hay que esperar a que se calme la cosa y, no te preocupes, que te hablaré de otro sitio con vistas.

Pero uno no debería abandonar Vilanova en esta ruta por el río Miño sin visitar la Bienal, que es la más antigua de la península y cuyas exposiciones van a concurso. La muestra deja constancia de por qué Vilanova es conocida como «Vila das Artes».

A las orillas del Miño

Puedes completar la visita con un paseo didáctico por el río Miño. La empresa Ola Vida hace rutas en barcos electrosolares y sostenibles, que no hacen ruido y no huelen a gasolina. La navegación dura en torno a una hora y permite conocer de cerca la importancia del río Miño a lo largo de la historia luso-gallega. Permite disfrutar de la naturaleza y rodear la Ilha da Boega y la Ilha dos Amores, ambas islas privadas.

Enfrente a Vilanova se encuentra Goián, perteneciente al ayuntamiento de Tomiño. Hay un puente (para peatones y bicicletas) planificado para unir ambas poblaciones enmarcadas en el proyecto Eurociudad Tomiño – Vilanova.

En la misma zona hay un restaurante que ofrece vistas escénicas inolvidables, especialmente al atardecer. Se llama Casa das Velhas y una de sus especialidades es el bacalhau com broa, un plato de bacalao con migas de pan de maíz.

🔸 Para dormir en la zona, aquí puedes ver el listado de alojamientos disponibles en Vilanova.

Ruta por el Miño: muiños do Folón e do Picón

Esta ruta es una de las más emblemáticas en esta zona. Es circular y se recorren 3’5 kilómetros a lo largo de, aproximadamente, hora y media. Puedes hacerla por libre o puedes hacerla guiada concertando la visita con el Concello do Rosal.

Yo la he hecho en múltiples ocasiones, pero la verdad que con guía la he gozado, porque he sentido que me empapaba de verdad de toda la historia que rodea este importante legado patrimonial. En este caso mi ruta guiada fue con Patricia Amodo Turismo.

Antes de nada, vamos a ponernos en situación. Hay dos grupos de molinos, los de Folón y los de Picón. El recorrido se puede hacer en el sentido que prefieras, aunque con la guía lo hicimos subiendo por Folón.

Son 67 molinos que constituyen la mayor concentración de molinos hidráulicos conocida en Europa. Cada uno tiene una historia detrás. Algunos eran propiedad de uso privado, otros eran de varios herederos que hacían turnos para moler y otros funcionaban como maquía, que permitía a los vecinos su uso a cambio del pago de una parte de la harina obtenida (como si fuese un diezmo). Siguen perteneciendo a manos privadas, pero son Bien de Interés Cultural desde que se cedieron para la rehabilitación en los años 90.

En algunos de ellos aparecen en la piedra símbolos apotropaicos, como las cruces con diversas formas, que se ponían con objeto de bendecir o proteger el cereal para el pan de cada día.

Ruta por el río Miño: Bodega Terras Gauda en las Tierras de la Alegría

Nada más bonito que la visita a una de las bodegas más antiguas de la zona. Terras Gauda honra a las tierras (terras) y a la alegría (gauda) que da cultivar la vid en esa zona fértil.

El grupo ofrece diversas opciones de enoturismo que puedes reservar aquí, tanto en la propia Terras Gauda como en las otras bodegas que poseen:

1- Heraclio Alfaro (Rioja Oriental)
2- Quinta Sardonia (Sardón de Duero)
3- Pittacum (Arganza del Bierzo)

En Terras Gauda, la visita es un viaje por sus varietales y sus vinos, donde se puede encontrar albariño, loureiro y caíño blanco, uva autóctona del Rosal que es muy difícil de cultivar pero que la bodega se ha empeñado en recuperar desde 1989.

A lo largo de la historia de la empresa cobra especial relevancia la figura de Francisco Mantecón, uno de los socios fundadores de la bodega y creador del logo, que falleció hace algunos años. En su honor se organiza un concurso bianual de cartelismo para los estuches de las botellas. Una delicia visual y muy creativa para los amantes del arte que puedes ver aquí.

Castro de Santa Trega: un regreso al pasado castreño

Este castro se encuentra en A Guarda y su situación es inmejorable, con vistas de España y del Atlántico de un lado y con Portugal y la desembocadura del Río Miño al otro. Se cree que en su momento fue una gran ciudad, ocupando más de 20 hectáreas, aunque una gran parte no está excavada.

Ese lugar Santa Trega, lo conozco desde pequeña. A veces nos olvidamos de los lugares, de por qué eran importantes, pero hay dos sitios en Galicia (y sólo dos) de los que yo tengo memorias de cuando tenía 4 años. Uno de ellos es éste y el otro es O Cebreiro.

Allí, en ese monte, además del río y el océano que lo rodean, están los vestigios de mis antepasados. Un castro de quienes habitaban esta tierra mucho antes de la llegada de los romanos. De aquellas ciudades con viviendas de planta circular. Quién sabe por qué, los castros me han atraído desde pequeña. Y en este viaje, cuando regresé después de muchos años, recordé aquella emoción de la primera vez en ese lugar. La visita guiada, también muy recomendable. Yo esta vez la hice con Hugo Lage, de Buguina Turismo.

Si te gustan los castros y te interesa la cultura castreña, te invito a leer el artículo que preparé de castros de Galicia que visitar (al menos una vez en la vida).

Las tejedoras del mar en A Guarda

Trabajan en silencio, preparan las nuevas redes y reparan las viejas. Son unas artistas del oficio. Las redeiras de A Guarda son las tejedoras del mar.

Mientras Ignacio, un vecino que les echa una mano, limpia las cuerdas para que ellas las trabajen después, ellas tejen sin descanso. Utilizan la vitola para tomar medida y la aguja para atar la red, que crece de forma exponencial. La red es un arte heredado que se aprende o no se aprende.

Y si no tejen, reparan. Reparan redes grandes, enormes, que pueden alcanzar cientos de metros, y defienden lo que es suyo: el derecho a un trabajo digno y a la continuidad de una profesión imprescindible y, sin embargo, tan poco valorada.

Si quieres contactar con ellas para que te expliquen más sobre su oficio y agendar una visita guiada, puedes contactar por Instagram con Marina.redeira.aguarda.

🔸 Para quedarte en A Guarda, te dejo aquí el listado completo de alojamientos.

Caminha: el fin de la ruta por el Río Miño

Todo viaje tiene un final y el de esta ruta por el río Miño se encuentra en Caminha. El estuario perfecto donde el río se hace mar. El lugar con el bosque de pinos más antiguo de Portugal. Un lugar donde recalar para aquellos que amen la naturaleza en un emplazamiento único de gran valor.

El casco antiguo de Caminha da para callejear a la sombra de los soportales por donde el medievo campó a sus anchas y aún se festeja de forma anual. Merece la pena dedicar tiempo a descubrir el peculiar barrio de pescadores (extramuros) y todos los rincones que sorprenden dentro de la antigua muralla, como la Iglesia Matriz (que sirve de muestra de estilos gótico, barroco y renacentista, pues su construcción duró setenta años), la torre del reloj (antigua Puerta de Viana y única conservada en la actualidad) o las casas históricas alrededor de la plaza del Chafariz.

El Forte da Insua, enfrente a la playa, es una de las excursiones imperdibles, donde se puede visitar el viejo convento que posteriormente fue reconvertido en fuerte militar.

Del mismo modo, las playas de Moledo y Camarido, son arenales en los que hay que pararse. Y para experiencias más completas, te recomiendo echar un vistazo a la vez de Explore Iberia, con quienes hicimos nosotros el recorrido.

Esta agencia local, enfocada en el turismo sostenible, ofrece experiencias completas: rutas de naturaleza, experiencias gastronómicas con productos kilómetro cero, recorridos patrimoniales e inmersiones culturales y tradicionales.

🔸 Si buscas alojamiento en Caminha, puedes ver la lista completa pinchando aquí.

La ruta por el río Miño finaliza aquí, pero sus aguas seguirá uniendo o separando países, según el punto de vista. ¡Que la disfrutes!

Eva Abal

Desde 2012 escribo este blog de viajes que se basa en mis propias experiencias. Aunque he viajado por medio mundo, hay destinos con los que estoy casi obsesionada y en los que prácticamente he centrado este blog: Galicia (mi tierra natal), Polinesia, Grecia, Argentina, Namibia y Chile. Hablo de estos lugares con conocimiento profundo y rigor, mostrándolos siempre desde la realidad sin edulcorar y el respeto.

Aunque soy Ingeniera Superior de Telecomunicaciones, no ejerzo desde 2018, momento en el que centré mi trabajo en la escritura de viajes. Soy una persona con muchas inquietudes, por lo que además de escribir este blog, también lo he hecho para revistas como Condé Nast Traveler o el blog de IATI Seguros. En estos años he participado con una sección de viajes en Quen Anda Aí de la Televisión de Galicia y como ponente en diversos eventos, como la V edición de Fairway, el Foro del Camino de Santiago.

En 2020 fui finalista a Mejor Blog Revelación en los Premios IATI y me han entrevistado en múltiples ocasiones, como en este reportaje de mujeres viajeras de El Diario o este otro de La Voz de Galicia que se centra en mi viaje de vuelta al mundo.

Aquí puedes leer más sobre mí, así como consultar mi portfolio y mi media kit.